Su origen se remonta posiblemente a la Baja Edad Media donde la apicultura comenzó a ser más importante, llegando hasta hoy tanto su conocimiento constructivo como el oficio que las ha motivado. Son pequeñas construcciones cerradas, rectangulares, de piedra, toba y/o adobe, construidas exclusivamente para esta finalidad apícola, dentro de las cuales se alberga un número concreto de colmenas (dujos, cuezos u hornillos) insertadas en sentido horizontal. Sus dimensiones son muy variables, entre 3 y 10 metros de largo; 2 y 4 metros de ancho y una altura que oscila entre los 2 y 6 metros, pudiendo acoger en su interior entre 6 y 30 dujos que se disponen en la pared principal, orientada hacia el sur-sudeste, más resguardada del viento, los cuales se colocan horizontalmente en dos, tres, cuatro o cinco filas superpuestas a modo de cuadrícula, o bien al tresbolillo, aunque esta distribución es más rara de encontrar.  

Para aislar mejor el colmenar del frío, evitar el movimiento de los dujos y eliminar cualquier rendija que pueda servir como refugio de roedores, se rematan con mortero y cal los huecos existentes entre la madera de los dujos y las piedras de la pared.

Además, la techumbre de las hornilleras puede ser la propia roca o de madera con tejas a un solo agua (excepcionalmente encontramos alguna a dos aguas), pudiendo también tener ventanas en la parte trasera para favorecer la ventilación y tanto éstas como la puerta son de madera.

Dentro hay espacio suficiente para el almacenaje de aperos y si la hornillera es muy grande, puede tener también una zona de trabajo en la que realizar diversas labores del oficio, pudiendo encontrar alguna también con una pequeña chimenea, sirviendo así el fuego para fundir la cera, calentar a las abejas o al apicultor que las trabajaba en días de frío. Hay casos de hornilleras que cuentan con un horno comunal de pan en su interior, o viceversa, hornos de pan con colmenas, aprovechando así el calor para el bienestar de las abejas.

Las hornilleras han servido también como cobijo de pastores y de ovejas durante el parto, si la climatología era adversa. 

De este modo, podemos clasificar a las hornilleras en tres tipos, exentas, cercadas y en abrigo rocoso, estas son:

Hornilleras Exentas

Hornilleras Cercadas

Hornilleras en Roca